Inspirada en hechos reales pero claramente muy dramatizada, la serie se centra en una banda de cazadores nazis de mala muerte que operaba en Nueva York en la década de 1970. La amenaza, además, es más que unos pocos guardias que escaparon, sino más bien una red orquestada que busca establecer un Cuarto Reich en suelo estadounidense.
El estreno, un esfuerzo de 90 minutos que introduce demasiado lentamente esas estacas, resulta ser el mejor para establecer el tiempo y el lugar. Se abre con el héroe involuntario, Jonás (Logan Lerman), dejando una proyección de "La Guerra de las Galaxias" con sus compañeros. Es la primera de muchas referencias a la época, como la de Quentin Tarantino, entre ellas la del Hijo de Sam y una posterior rutina de baile de "Fiebre del sábado por la noche", que sólo que las remisiones de la nostálgica cultura pop deberían dejarse en gran medida a los expertos, ya que aquí puede ser muy dura.